Tú y yo, aunque arda el mundo

La leí en su momento cuando Cherry subía cada semana un capítulo a su blog y, para mi sorpresa, me acordaba de bastantes cosas. Eso sí, la he vuelto a disfrutar un montón. Es que a mí los León me pueden, y ya si se juntan con los Acosta ni te cuento. Tanto Emily y Oliver como su relación me han gustado muchísimo; me encanta que sean tan formalitos para tantas cosas y luego se desmadren en privado. Fan absoluta, por supuesto, de todas las escenas familiares.

Una historia que equilibra muy bien la dulzura, la diversión, la nostalgia y la pasión. No miento si digo que nunca me cansaré de leer sobre esta gente.