Tú y yo, aunque arda el mundo

Tercera parte de la serie Valientes.

Oliver Junior Lendbeck-Acosta es médico, adora a su familia, aunque, a veces, le saturan, él es mucho más tranquilo. Su trabajo le absorbe casi todo el día, así que las vacaciones que pasa en España en el camping de la familia es un respiro para él.

Emily Corleone León está estudiando psicología, su gemela es una parte importante de su vida y que viva en Los Ángeles con su pareja no lo lleva muy bien. Está orgullosa de quiénes son sus padres, adora a su Babu y Buba y sus hermanos son una parte esencial de ella.

Para sorpresa de Junior y Vic (hermana gemela de Emily) esta va a estudiar un máster en Los Ángeles y cómo todos sabemos el roce hace el cariño y bueno... las discusiones también.

Junior no puede dejar de pensar en Emily, en que duerme en su cama en la casa de sus padres, que hay algo que no la ve bien y en un momento dado le propone que se vaya a vivir con él para que pueda estudiar tranquila sin el drama de su casa.

La convivencia entre ellos va a ser mejor de lo que esperan, tienen sus momentos, se buscan, se desean, pero ante todo se respetan.

Todo fluye entre ellos de manera natural, hasta que pasa algo que hace que los León y asociados tengan que volar a Los Ángeles donde la bomba estallará y sabemos cómo se lo va a tomar el poli.

Dos chicos que se conocen desde niños, un hombre honrado y bueno, una chica con sueños y anhelos, un padre que paga las cosas con quién no debe hace que la parte final de la novela no puedas soltarla.

Un romance que se va fraguando lentamente, miradas, sonrisas, caricias y un amor que no puede detener nadie.

Una novela con valores de familia, amistad verdadera, estar al lado de los tuyos. Un amor sincero, real, bueno y sano.

Sin Mar y Valientes siempre es volver a casa, a tu hogar. He pasado tantos años con ellos que siempre significarán eso.