El último de los libros de esta saga nos cuenta la historia de Mario, quien ha sido mi personaje favorito por su carácter infantil y despreocupado pero bajo esa fachada hay una profundidad de vivencias y dolor que lo han hecho refugiarse en la fantasía para afrontar el dolor y las pruebas que le pone la vida. Por otro lado, nunca imaginó (y nosotros como lectores tampoco) encontrar a su princesa ideal en una mujer con tatuajes y un estilo fuera de lo común, por lo que cuando sus sentimientos por ella empiezan a surgir y se ve constantemente rechazado y tomado a la ligera entra en conflicto por creer qué tal vez no podrá conquistar nunca al que considera el amor de su vida. Me gustó bastante y de la trilogía es mi favorito sin embargo al igual que con el anterior, siento que la historia de Azahara y Nil no tenía por qué estar mezclada con la principal, ya que quita lo emocionante y hace que los protagonistas reales pasen a ser secundarios. Aún así la recomiendo mucho, nos hace pasar momentos cargados de risa, incertidumbre, emoción y algunos tristes. |