Ella, yo y la gran idea de ser valientes

Sinceramente, no sé cómo empezar esta reseña porque quiero contar muchas cosas, pero no desvelar más información de la necesaria y porque tengo sentimientos encontrados. ¿Me ha gustado?... Psss, digamos que a ratos. ¿Lo recomiendo? Depende. Creo que se trata también de un tema de edad, a lo mejor esta historia en mi época adolescente me hubiera resultado la bomba, ahora lo he visto algo superficial y poco creíble en muchos aspectos. Pero no me entretengo más y voy al lío. Nos encontramos con una historia narrada a dos voces, por un lado, tenemos a Victoria y o por otro a Adam. Cada uno nos irá dando a lo largo de la historia su punto de vista del momento, irán compartiendo con nosotros sus miedos, alegrías e inseguridades y nos irán dando retazos de su pasado para hacernos partícipes en todo momento de sus sentimientos. Victoria llega al camping donde veranea su familia desde hace años huyendo de algo, algo tremendo y que la tiene al borde del abismo por momentos y que le produce ansiedad y ataques de pánico bastantes fuertes en muchos momentos. Ese algo que tiene a Victoria así no sabremos lo que es hasta bien entrada en la lectura y, aquí viene uno de mis grandes problemas con este libro, la forma en que la autora lo trata, lo cuenta y, sobre todo, lo resuelve no me ha gustado demasiado. Nos pinta a Victoria como alguien frágil, débil y a ratos hasta superficial y que necesita constantemente la aprobación de su entorno, en todo, absolutamente todo lo que hace o dice. El conflicto que tiene es grave, sí, pero tal y como está narrado a ratos parece superficial cuando no lo es para nada, y otras veces le otorga una gravedad extrema, que sí, el tema es chungo, pero bien afrontado y con ayuda es superable 100%. Victoria no se abre en ningún momento con el lector, no nos hace partícipes de sus problemas ni de su ansiedad si no que nos vamos enterando a la vez que el resto de todo lo que le pasa. Creo que, si la autora hubiese creado un hilo entre Victoria y nosotros los lectores en los que nos compartiera algo, aunque fuera poco, de lo que pasa por su cabeza no me hubiera resultado todo tan artificial. Adam es muy protector, mucho, a ratos en exceso, y a veces peca de querer proteger a Victoria de todo lo que pasa por su lado, hasta del viento que le roza y resulta agobiante, al menos a mí a ratos me tenía un poco de los nervios entre los celos y su afán súper protector. Juntos son la bomba, sí, y la pareja tiene química, mucha, desde el principio, por eso me da rabia el no haber conectado con ellos, con Victoria, sobre todo, desde el principio, porque estoy segura que de ser así y de haberse desarrollado la trama de otra manera esta historia hubiese pasado a ser una de mis favoritas, pero… Otra cosa que me ha tenido un poco de los nervios es la cantidad de personajes, demasiados para mi gusto, que desde el principio aparecen en el libro y que, algunos de ellos, a ratos parecen ser más protagonistas de que los propios protagonistas. Os vuelvo a decir que me da rabia porque el libro tiene todos los ingredientes para que lo hubiese disfrutado muchísimo, amor, familia, amistad y unos valores preciosos, pero le falla el hilo conductor de todo esto y la narrativa. Falta de profundidad en los personajes y en la trama principal y un mal desarrollo para mi gusto que hacen que me quede con un sabor bastante agridulce al terminar la lectura. Repetitivo, algo infantil a ratos y poco creíble en la resolución. Una pena.