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Esta es la primera vez que leo algo de Ted Chiang. Desde que supe que Arrival (Denis Villeneuve, 2016) está basado en uno de sus cuentos, quise leer algo de él, así que era lógico comenzar por una antología que incluyera el cuento en cuestión. Como suelo hacer con antologías de cuentos, acá va una lista de los cuentos y una vaga idea sobre el argumento de cada uno de ellos: • La torre de Babilonia (1990): Un giro de tuerca a la historia bíblica. ¿Cómo sería vivir en una ciudad que pretende tocar el cielo? • Comprende (1991): ¿Qué pasaría si alguien le encontrara sentido y orden a todo lo que observa? • Dividido entre cero (1991): Poner a prueba la consistencia de las matemáticas • La historia de tu vida (1988): El cuento que da nombre al libro. Una narración en doble vía temporal. ¿Qué pasaría si con la ayuda del lenguaje pudiéramos recordar el futuro? • Setenta y dos letras (2000): Una apuesta por poner en un mismo relato al golem y la preformación. No es ciencia ficción, sino un divertimento fantástico • La evolución de la ciencia humana (2000): Un intento de imaginar el futuro de la disciplina cuando convivan humanos y metahumanos • El Infierno es la ausencia de Dios (2001): Otro divertimento fantástico. Un mundo donde las apariciones angelicales son reales, pero terribles. Un cuento para poner a prueba la virtud y la recompensa • ¿Te gusta lo que ves? (Documental) (2002): Implicaciones de la percepción en el día a día. ¿Qué influencia tiene el aspecto en las decisiones que tomamos? Con esto sobre la mesa lo primero que debo decir es que Chiang es un autor difícil de encasillar. Antes de leerlo pensaba que me iba a encontrar con un autor “sangre pura” de ciencia ficción, pero en cambio me encontré con un autor que navega tanto por ella como por la ficción especulativa contemporánea. Que entre sus narraciones no solo se pregunta por el futuro de la especie, sino también por un pasado diferente, por versiones alternativas de las historias que ya conocemos. No todos los cuentos que hay dentro de esta antología me tocaron de la misma manera, pero sí reconozco que algunos —la gran mayoría— tienen planteamientos interesantes, que dan ganas de querer saber lo más pronto posible qué pasa a continuación y cómo se solucionará el conflicto. No sé si es intencional, pero de cierta manera los temas más recurrentes en los cuentos que componen la presente antología son el libre albedrío y el lenguaje —en cualquiera de sus manifestaciones—. Es así como nos encontramos con relatos que abordan el primer reto a dios del que tenemos registro dentro de la tradición judeocristiana, con otros que abordan la necesidad de crear un lenguaje que agrupe las ideas de forma más eficaz, otro en el que el lenguaje revela más que las acciones en términos narrativos y otro en el que en un mundo lleno de manifestaciones divinas la razón no parece operar de la forma en que estamos acostumbrados. Este detalle y la facilidad con la que Ted Chiang navega entre el futuro y un periodo hipotético, son los elementos más curiosos de él. Lo que dan ganas de seguirlo leyendo. Un detalle que no debe pasar desapercibido de este libro es la profunda conexión con las matemáticas. Desde < i>La torre de Babilonia con su solución topológica, pasando por Dividido entre cero que es un despliegue de pura matemática, hasta La historia de tu vida con la aparición del principio de Fermat como detonante para entender las diferencias en la visión del universo por parte de nuestra especie y los heptápodos, las matemáticas están presentes en las historias. Sin duda, para mí fue una grata sorpresa haber descubierto a Chiang, un autor de pocos libros, pero de profundas raíces en sus relatos. |
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