La joven de la perla

Si me preguntan por cuadros famosos son varios los que se me vienen a la mente: “La noche estrellada” de van Gogh, “El beso” de Hayez, “El cristo de San Juan” de Dalí, etc. Hay uno en especial que me gusta por su simpleza y todo lo que expresa: “La joven de la perla”, de Johannes Vermeer. Un cuadro pintado por el año 1666 del cual existe poca información sobre quien es la joven retratada.

Usando datos históricos y una cuota de ficción, Tracy Chevalier nos entrega una novela que busca dar respuesta a esa interrogante permitiéndonos conocer no solo la identidad de la joven (su origen, sus miedos, sus sueños) sino también como llegó a al estudio del pintor dejando huellas imborrables en su vida.

Una historia agradable, conmovedora y de fácil lectura que destaca por su sencillez (Aunque a ratos se siente una falta de profundidad y frialdad en el relato). El libro no pretende ser la gran novela histórica de tu vida, sino que busca entregar una historia que sea creíble. Por ello hay que destacar la buena ambientación que Chevalier logra de la sociedad neerlandesa del siglo XVII, con sus conflictos político-sociales-religiosos que afectan la vida de esta joven que vivió inmersa en la pobreza y la discriminación. Pero sin duda lo más atractivo es observar cómo se desarrolla la relación entre el pintor y la muchacha. Si bien Johannes Vermeer es representado con una polémica personalidad, gracias al lenguaje de la luz, las sombras y los colores crean una “mágica intimidad”, que los acerca creando afectos, cooperación y compañía. 👍

“La joven de la perla” es un libro que cumple su objetivo: Nos entrega una “visión histórica” que se siente real y nos habla no solo tragedias y conflictos personales, sino que también de un poco de arte.