Élisa

El autor , un médico que ejerció en un pueblo cerca de Lyon toda su vida, discreto y que nunca quiso ser un escritor, parece que animado por Albert Camus consiguió que sus novelas se publicaran, y esta que nos ocupa, lo convirtió en un autor muy reconocido en Francia.
Se publicó cuando tenía ya, 88 años y fue reconocido como uno de los mejores libros del año.

Un libro muy corto, pero intenso. Tan solo sesenta páginas, aunque no son necesarias ni una más, porque lo que pretende es contarnos los episodios de su vida que quedaron fijados para siempre en su memoria y en sus recuerdos.
Tenía entonces cinco años y lo escribió cuando ya era muy mayor y cercano a su muerte.

Es el propio autor quien nos narra su infancia en primera persona, y hace de su testimonio pura y bella literatura.

Élisa es la protagonista, de ahí el título, una joven a la que nunca olvidará, ni siquiera con el paso de los años.
Y ¿Quién es Élisa? nos preguntaremos , y lo que puedo decir es que en esa etapa de su vida, fue su compañera de juegos, su cuidadora, su guardiana, su admirada pasión, también.
Podemos hablar de ese primer amor que nunca se olvida.

Una joven, que con sólo dieciocho años, irrumpe en la vida del niño de cinco años, al que llaman, Jacques Ivan, finalmente le dirán Vanvan, que es huérfano de padre, y vive rodeado de mujeres, su abuela, su madre, su criada, su vecina, y Élisa, una dulce y tímida muchacha, que desde el primer momento en que la ve, cuando llega a su casa contratada como criada, es lo que más le interesa y le importa.
A partir de ahora, ella será su absoluta prioridad.

Todo lo demás es secundario, hasta su madre a la que adora, se va quedando desdibujada.
De su padre, sabemos que murió en el frente, en la primera guerra mundial , y siempre es recordado por su madre, que le va contando a su hijo, cómo era y también le repite que se parece mucho a su padre aunque él nunca llegó a conocerlo.

Y qué final, tiene un desenlace absolutamente sorprendente, no puedes imaginártelo hasta que no estás en él. Increíble pero magnífico.

Hay pasiones tan hondas, sentimientos tan profundos que de ningún modo han nacido para ser olvidados, ni para que los destruya el tiempo con su inefable paso.

Hay pasiones que no van a renegar jamás del tiempo que les tocó vivir, aunque este fuera, precisamente, tan desordenado, que impidiera algo que en otro contexto hubiera sido, seguramente, muy distinto.

Con un estilo claro, sencillo y absolutamente emotivo, y una prosa que destila belleza y nos transmite melancolía y también, mucha dulzura, es imposible dejar de leer.

Se lee con mucho interés y en un momento. Una delicia para saborear.