"La colmena" es un enjambre de personajes y vidas entremezcladas, que ocupan pequeñas celdas amontonadas y llenas de ruido. Desde fuera, resulta un poco agobiante, a ratos incomprensible y a menudo empapado por un zumbido frenético de idas y venidas. A través de un tono satírico, cortante y algo brusco, el autor va mostrándonos, en cortas secuencias, a más de trescientos personajes que cohabitan en el Madrid de la posguerra y que conforman la pintoresca realidad de una clase media y pequeña burguesa venida a menos, tratando de sobrevivir. Con la ranciedad, los tabús y las hipocresías que corresponden a cada cuál. A mí, personalmente, me ha gustado, pero reconozco que la gran cantidad de personajes que aparecen y los contínuos saltos de unos a otros, pueden marear un poco. Desde luego, para gustos, los colores |