Café de artistas

Leído de una sentada, como decía Poe. "Café de artistas" me ha cautivado. Es lo primero que leo de Camilo José Cela, y no sé por qué diantres no lo he leído antes. Su prosa me ha enamorado.
Tenemos un relato en forma de cuento en el que un café de principios de los cincuenta es el protagonista. Relato coral con muchos personajes: el joven de provincias, la viuda pechugona, el camarero, el viejo con pinta de pájaro frito, el que pide dinero, el que lo presta.
El anisete, el vino, el tabaco y el café endulzan los sueños rotos, las aspiraciones altas con una buena dosis de ironía muy típica de Don Camilo, o eso creo. Lo cómico en la prosa del autor deja patente de donde viene: de Galicia, pero su ascendencia literaria me da a mi que viene de Quevedo, Cervantes, y de los que no se cortan un pelo.
Con mala baba a veces y muy pulcro otras, Don Camilo batalla con la pluma para mostrar la decadencia del artisteo español. Nunca próspero y siempre decadente.
Leerlo me ha devuelto la risa con boca abierta mientras leía. Me he divertido y he sido feliz por una hora mientras leía. Ha sido un viaje, corto, aunque he soñado. Y esto, queridos amigos, es maravilloso.