Durante el más oscuro período de la Segunda Guerra Mundial, los lobos grises (los temibles submarinos germanos) hundieron muchísimas toneladas de cargamentos Aliados, y provocaron importantes bajas entre las tripulaciones de las flotas mercantes de sus enemigos. Incluso llegaron a transformarse en la pesadilla personal de Winston Churchill, quien los reconoció como el única Arma del Tercer Reich cuya letal eficiencia le hizo dudar en algún momento de la contienda ac... >Voir plus