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He tenido sentimientos encontrados con este libro, por una parte me ha gustado mucho la forma de ir introduciendo al lector en la práctica del tantra, pasando desde las nociones teóricas más básicas a la explosión caótica del despertar del kundalini; pero, por otra, la parte que es ficción, los personajes, el hilo de la trama, los detalles sin relevancia... me ha faltado coherencia y conexión. Las primeras cien páginas o así han sido ciertamente extrañas, en el sentido de que no sentía a los personajes, Amisha ni me iba ni me venía, las escenas románticas (o de tensión sexual) me daban hasta un poquito de cringe la manera tan suavemente adolescente que se estaba relatando. Ha sido... hmpf, la fase adolescente de Amisha me ha dado más vergüenza ajena que verdadero contexto a su historia. Además, hay muchíííísimos detalles irrelevantes, personajes que aparecen y desaparecen, conversaciones con sus amigos que no aportan nada a futuro, detalles que se pierden entre todo lo demás. Podría pensarse que no todo tiene que tener un porqué, pero siento que ha habido mucha paja y la parte de la ficción me ha sabido a poco. Una vez entra la parte mística y espiritual me ha enganchado mucho, encaja perfectamente con la manera de escribir de Noemí: es brusca y también sensual, se desliza en el sonido hueco entre un latido y el siguiente, afilada como una respiración entrecortada. Aunque creo también que peca de usar algunos recursos estilísticos que solo consiguen crear frases kilométricas sin ninguna coma a la vista. No ha estado mal, pero no ha sido lo que me esperaba. Una trama un poco vacía, pero que finalmente se llena con lo que realmente importa: el tantra. |
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