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Es el primer libro de la saga Little Falls. Estoy enganchada a esta familia, a estos personajes y a la autora. Tengo pendientes de leer el resto de sus novelas. Empezamos conociendo a nuestra protagonista, Holly, a la cual castigan mandándola a la granja de sus tíos. Si, lo sé, la típica historia en la que a la niña pija la mandan a mancharse y que aprenda lo que bala un peine. Pero no, está novela tiene mucho más. Holly no es la típica niña consentida y mimada, su actitud tiene un porqué. Que me mandan a la granja? Perfecto. Ya me busco yo en que distraerme y sacar provecho de mi tiempo. Y con qué se distrae, pues con un trabajador de la granja (si ya se lo que pensáis, más clichés), nuestro prota, Clark. Los dos personajes evolucionan a lo largo de la novela. Descubrimos porque Holly es como es, porque esa actitud con todo. Y también descubriremos porque Clark tiene esa coraza. La evolución irá en paralelo, a nivel personal de ambos y a nivel de pareja. La trama no es sólo romántica, es el eje principal, pero hay mucho más detrás, y son esas partes las que te atrapan de verdad. Quieres saber que misterios esconden, que es lo que está escondido. Los personajes están construidos de una manera, que conectas con todos, en mayor o menor medida. Hay varios personajes secundarios que le dan mucha vida a la novela. Tenemos a los tíos de Holly, que son los dueños de la granja; a su hermano y a su padre (este personaje es el que menos me gustó 😈) Y por parte de Clark están su mejor amigo Jack; sus tres hermanos, de quién destaca Dinah y su padre. Todos y cada uno tienen un papel muy importante en la historia. Me divertí mucho con este libro, y no podía parar de leer. Siempre hay algo en cada capítulo que hace que sigas Y tuve que seguir leyendo, tanto que ya os subiré la reseña del segundo libro. Y cuando salga el tercero, caerá en mis manos. Una lectura ligera, amena, divertida y con una trama familiar compleja que quieres descifrar hasta el final. |
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