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A la hora de dar mi opinión sobre Alicia no estaba seguro por donde empezar. Prácticamente se ha dicho todo y no sé que más puedo aportar. Pero además, a este hecho, se suma que siento que es un libro que tiene mucho escondido en el fondo, donde no se pueda ver bien y eso consigue que cada lector entienda la obra de una manera. Quizás un mismo lector la entendería de diferente manera si la releyera. En la historia, la pequeña Alicia se introducirá sin ningún tipo de dudas en una madrigera persiguiendo a un curioso conejo vestido con chaleco que mira nervioso un reloj de bolsillo. Caerá en un extraño mundo: el país de las maravillas. Allí conocerá a extraños personajes y sufrirá sin respiro, un sin fin de situaciones cada cual más disparatada. La trama es conocida por todos, pero a la vez, ¿la conocemos realmente? En mi caso tenía muy presente las adaptaciones que había visto, o los cuentitos recortados que había leído de pequeño y aunque todos me habían gustado, ninguno me había atrapado tanto como la historia original. Muchos personajes entrañables no han pasado a la gran pantalla, y por lo tanto, muchas de estas situaciones extravagantes se quedaban en el olvido. Personajes como la duquesa eran desconocidas totalmente para mí. Para mí, el principal tema del que habla Alicia es la busca del propio ser. Quién eres tú, que quieres ser. Hacía dónde te quieres dirigir, ser consciente de cuál es tu camino y no abandonarlo. Los personajes de Alicia sufren constantemente situaciones surrealistas, pero mantienen todo el tiempo sus manías. Muchas veces los diálogos entre personajes parecían no tener continuidad, ya que cada uno hablaba de su tema, pero siento que es un reflejo más de eso. Abrazar lo que uno es, y disfrutarlo. El constante cambio en el tamaño de Alicia vuelve a hacer hincapié en el deseo de ser uno mismo, ya que aunque inicialmente la niña siente la atracción de poder cambiar de tamaño, llega a cansarse de no tener su tamaño real. de no ser su yo original. Sobra decir que he disfrutado mucho de su lectura y de sus personajes y me he enamorado mucho de Alicia. Esa niña respondona, con incontinencia verbal, ávida de conocimiento y sin ningún reparo a la hora de opinar que siente o que piensa sobre cualquier cosa o sobre cualquier ser. Como para no enamorarse |
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