La disciplina de Penelope

La novela negra italiana es uno de mis subgéneros favoritos, así que cada vez que un nuevo libro o autor italiano es traducido al castellano ahí que voy de cabeza. “La disciplina de Penélope” es el primer volumen de una nueva serie protagonizada por la ex-fiscal Penélope Spada, una mujer en apariencia fuerte pero al mismo tiempo muy frágil.

Algo que ocurrió en el pasado apartó a Penélope de su trabajo como fiscal. Desde entonces sus ex-compañeros no la miran igual, pero ella, lejos de agachar la cabeza, decide hacer lo que mejor sabe, investigar, ahora como detective privado, el caso de una mujer asesinada un año antes y que fue sobreseído por falta de pruebas. Ahora, el marido de la víctima busca limpiar su nombre y para ello acude a Penélope para descubrir la verdad.

“La disciplina de Penélope” es una buena novela de detectives, pero su corta extensión hace que uno se quede con la sensación de que podía haber sido mucho mejor. No me malinterpretéis, el personaje principal es bueno, con el background suficiente como para intrigar al lector, y la trama es lo suficientemente interesante como para querer continuar leyendo. El problema viene porque, al tener poco más de 200 páginas, es imposible que todos esos aspectos de la novela que son atractivos, puedan desarrollarse como merecen.

Sabemos que algo ocurrió en el pasado de Penelope que acabó con su carrera como fiscal, pero apenas se dan un par de pinceladas acerca de ello, lo que dificulta que el lector pueda llegar a entender del todo al personaje. Así mismo, la corta extensión hace que la trama tenga que avanzar muy rápidamente, llegando a ciertas pistas casi por casualidad, dando la impresión de que fue todo demasiado sencillo.

Por otra parte me gustó una de las reflexiones que hace Penelope acerca de la forma que tenemos de percibir el mundo por defecto (ya sean cuestiones fundamentales, ya sean cosas de la vida cotidiana), y que fue una de las claves que le ayudó a resolver el caso.

Con una prosa fluida y elegante, Carofiglio da vida a un personaje lleno de contradicciones (come orgánico, pero bebe y fuma como un carretero; se mata a hacer ejercicio, pero se atiborra de psicofármacos), que resulta atrayente tanto por sus fortalezas como por sus debilidades, y de la que me he quedado con ganas de saber un poco más.