No, no había leído La sombra del viento. Cuando este libro estaba de moda decidí empezar por otro libro del autor y no fue para mí, así que esta tetralogía se fue a dormir el sueño de los justos a mi cementerio de los libros olvidados particular. Hasta ahora, que mi querida Vi "me obligó" a leerlo. ¿Cómo nadie lo hizo antes? He sido la Sempere en la sombra y me he reído (casi siempre en silencio) con mi querido Fermín Romero de Torres, me he colado en ese laberíntico lugar lleno de libros todas las veces que lo hizo Daniel y no importa si soy más lista que un chaval y conocía la identidad de Laín Coubert desde el primer minuto, porque me he divertido como una enana viendo a este muchacho procurar desentrañar el misterio que le ha robado la cara de su madre de la memoria. Parafraseando al maravillosérrimo Fermín, me ha gustado más que el melocotón en almíbar. |