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“La soledad del perro” es la sexta entrega de la serie del Inspector Monfort, serie de novela policiaca ambientada en la ciudad de Castellón. Trece años después de la publicación de su primera entrega, Monfort vuelve con un nuevo caso en el que el mundo del arte y el mundo de las apuestas ilegales se entremezclarán, poniendo a prueba a Monfort y su equipo. El famoso cuadro de Goya “Perro semihundido” va a ser expuesto en el Casino de Castellón, lo que supone todo un acontecimiento para la ciudad. La desaparición del mecenas que financió la exposición y el asesinato del conservador del Museo del Prado que acompañó al cuadro hasta Castellón, pondrán en jaque a un Monfort cuya mente está centrada en otro caso en el que un kamikaze provocó la muerte de dos personas, lo que le traerá dolorosos recuerdos de su pasado. Es de agradecer cuando este tipo de historias se ambientan fuera de las grandes capitales. La novela negra “de provincias” siempre tiene ese toque que hace que parezca que es algo que podría pasar perfectamente en tu ciudad. Me encanta cuando hay tramas relacionadas con el mundo del arte, y si encima sirven para aprender alguna que otra curiosidad…¡mejor que mejor! El “Perro semihundido” de Goya fue una de las Pinturas Negras que decoraron los muros de su casa, la Quinta del Sordo, y que a día de hoy se encuentra expuesta en el Prado. La trama de misterio en torno al cuadro me hizo interesarme por la historia de las Pinturas Negras, y en especial por la historia del “Perro semihundido” y el misterio en torno a ella. El paso de la pintura de la pared al lienzo hizo que se perdiese información, lo que dio lugar a múltiples teorías acerca de qué estaba haciendo el perro y sus posibles significados. En esta ocasión el personaje de Monfort me ha parecido más impulsivo y beligerante de lo habitual, debido quizás a que el caso del kamikaze le remueve muchos recuerdos, lo que le lleva a actuar a veces de manera que no termina de cuadrar con lo que conocemos de él. El personaje resulta interesante, ante todo, por su normalidad. Es un tipo normal al que le pasan cosas que podrían pasarle a cualquier policía de su edad, y que se aleja del estereotipo de policía atormentado por su oscuro pasado que suele ser la tónica habitual en la novela negra últimamente. Aunque cada novela es un caso con final cerrado que puede ser leída de forma independiente, en “La soledad del perro” hay una pequeña subtrama que viene del libro anterior y, aunque me quedé con ganas de que se desarrollase un poco más, si nos guiamos por esas últimas páginas, la próxima entrega promete…y mucho. Thriller de fácil lectura en el que, a pesar de la longitud de sus capítulos, las divisiones que presentan éstos hacen que no resulte pesado en ningún momento. Historia ágil y entretenida, con algunos giros que se intuyen y otros que no, y con un final un poco complicado de más, pero que en líneas generales deja muy buen sabor de boca. Tanto si Monfort es un viejo conocido, como si acabas de encontrarte con él por primera vez, “La soledad del perro” es una novela de lo más disfrutable para los amantes del género policiaco. |
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