El linaje maldito

“El linaje maldito” es la tercera obra de la autora pacense Rafaela Cano y en ella nos encontramos no solo una novela de ficción histórica, sino también intrigas palaciegas por el poder, persecuciones de la inquisición, crímenes, vida cotidiana y romance. Es decir, un pack muy completo que enganchará a todos por una cosa o por otra.
En cuanto a la cronología, nos situamos en el siglo XVI, en pleno siglo de oro donde florecieron las artes y las letras, algo que vemos reflejado en varias ocasiones durante la trama. La localización la podemos reducir a Extremadura con ciudades como Badajoz, y al sur de Portugal con ciudades como Lisboa o Marvao, aunque se nombran muchos otros emplazamientos.
Marcada ya la horquilla cronológica y la zona de desarrollo de la trama, tenéis que saber que se desarrolla en varias líneas temporales, por lo que los capítulos se van alternando haciendo que conozcas algo de información, pero sin llegar a revelarte todo el proceso. En lo personal, es algo que me ha gustado, porque te deja entrever el fin pero te hace seguir leyendo para comprender el cómo.
Por otra parte, contamos con números personajes, aunque podemos destacar tres principales: María de Avís, fray Atilio y Ana Loira.
María de Avís fue infanta de Portugal y una de las personas más ricas de la época. Para que os situéis, fue la nieta de Juana I de Castilla (la mal llamada “la loca”) y es ella quien desde un futuro nos va guiando y contando tanto su vida y sus relaciones con su familia, como las intrigas de poder entre las diferentes coronas y la misma Portugal. Es un personaje que me ha parecido muy inocente y manejable al principio, pero al cual se le ve una evolución muy realista.
Fray Atilio es otro de los personajes principales, un fraile que vive en el monasterio de Santa María de Flor da Rosa pero en contacto con la familia real y con la tercera protagonista. Es quien hace de nexo de unión y a la vez es quien se ocupa de investigar los crímenes. Digamos que es un todo terreno, está pendiente de que todos estén bien y tiene muy buen corazón.
Por último, tenemos a Ana Loira, que es mi personaje favorito. Criada como hija de un médico judío, destaca por sus conocimientos en herbología, lo que la lleva a convertirse en ayudante de un boticario. Es un personaje fuerte, que sabe sobrevivir y amoldarse para no llamar la atención, no busca grandes cosas, solo quiere vivir. Su línea argumental es la que más me ha gustado y enganchado, quizás porque es el personaje más joven y he empatizado más con ella.
Si habéis leído hasta aquí, pensareis que os he hecho varios spoilers, pero para nada, toda la información que he escrito es lo que encontráis en la sinopsis de la contraportada del libro, así que no os preocupéis porque hay muchísimas más cosas que iréis descubriendo y os endulzarán y engancharán más al libro.
Uno de los puntos fuertes de esta novela es que se nota la gran labor de investigación histórica que ha llevado a cabo la autora. Está todo perfectamente hilado con hechos históricos, personajes que existieron y hasta lugares reales que imagino que Rafaela Cano ha visitado, porque las descripciones son tan detalladas que te hacen transportarte al lugar.
En cuanto a la lectura, me ha parecido muy entretenida, realista, muy bien documentada y ambientada y con unos personajes muy completos. Eso sí, no esperéis una lectura que enganche desde el inicio porque al menos en mi caso no ha sido así. Sentía curiosidad por las diferentes tramas, pero no ha sido hasta que he llevado unas 100 páginas leídas cuando me he enganchado de verdad.
Tiene un total de 513 páginas, pero no os asustéis porque no se hacen pesadas, y en mi caso hasta me hubieran gustado unas pocas páginas de más para saber qué pasaba años después, aunque el final que tiene es cerrado y resuelve todas las tramas iniciadas, tranquilos.
En cuanto a la edición, el libro cuenta con una tapa blanda flexive y con solapas, lo que lo hace más resistente que los libros que solo tienen tapa blanda. al combinar capítulos, utiliza letra cursiva para referirse al futuro, por lo que si os molesta u os cansa la vista este tipo de letra es algo que tenéis que tener en cuenta, aunque he de decir que el tamaño de letra no es pequeño y se lee sin esfuerzos. Además de la historia, encontramos al final del libro la “dramatis personae”, lo que ayuda bastante durante la lectura para no olvidarte de quien es quién o incluso qué parentesco tenían entre sí. También encontramos al final del libro los árboles genealógicos de la dinastía de los Avís y de los Austrias, por lo que se hace mucho más entendible toda la trama palaciega y en todo momento conoces la procedencia de cada personaje y sus apoyos familiares.

En resumen, si te gusta la novela histórica te gustará este libro, porque al tener varios personajes y cada uno contar con su propia línea argumental es muy fácil que al menos una de ellas te enganche y quieras continuar. La mayoría de personajes femeninos con peso también es otro punto muy favorable, ya que todavía son pocas las novelas que se centran en personajes femeninos, haciendo que esta obra sea todavía más especial. Por último, su magnífica ambientación y documentación histórica son la guinda del pastel, te introduces en la historia y te ves tu mismo por esas calles concurridas, con esas ropas pesadas, el olor de las hierbas que menciona, el sonido de la campana del monasterio… todo, te imaginas todo.

Para terminar, es una lectura que desde mi punto de vista merece la pena y espero que si os animáis a leerla os guste y la disfrutéis tanto como yo.