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Es un libro impresionante. Dejémoslo claro en principio. He de admitir antes que nada que, si bien el protagonista es Víctor Vega, el otro protagonista (por así llamarlo) Hugo Mendoza, se merienda al primero. Lo supera, lo eclipsa y todos los sinónimos que se os ocurran. Y es que Hugo es un misterio, un oscuro, intrincado e irresoluble misterio y es capaz de atraer más atención que la vida y persona de quién está buscándolo exhaustivamente. Los personajes está maravillosamente definidos, es una gozada poder saber de cada uno, independientemente de lo relacionados que estén con la trama principal. El misterio queda oculto hasta las últimas páginas, lo cuál es estupendo e intrigante para los que tenemos ínfulas de investigadores. Está escrito tan cotidianamente que es como estar hablando con un amigo o escuchando su historia. 800 en tres días, no digo más. |
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