Cosas raras que se oyen en las librerías

Este es un libro que viene a reivindicar de una forma un tanto peculiar la importante figura de los libreros y de las librerías dentro del mundo literario.

En unos tiempos como los que corren, donde comprar por internet o en las grandes superficies nos han alejado del trato personal dispensado en los comercios de toda la vida, este libro viene a reflejar que de ese trato cliente-librero pueden salir historias tan buenas como las que aquí se muestran.

Cosas raras que se oyen en las librerías es como su propio nombre indica, un pequeño libro donde Jen Campbell, librera de profesión, ha recopilado un gran número de simpáticas anécdotas entre clientes y dependientes.


Son breves extractos de conversaciones surgidas entre los muros de estos lugares que muestran ejemplos de confusión en el título de un libro, solicitar mercancía que nada tiene que ver con los libros, peticiones increíblemente absurdas, reacciones disparatadas y caradura, sobre todo mucha caradura por parte de los clientes que demuestran que el refrán que dice “el cliente siempre lleva la razón” necesita una profunda reforma o su derogación en muchas de sus interpretaciones.

El contenido del libro esta sacado de aportaciones de librerías del Reino Unido, Australia y algunos países europeos en menor medida, teniendo un apartado al final del libro con curiosidades ocurridas en diversas ciudades de nuestro país, las cuales son desternillantes.


Es un libro que se lee en una sentada porque al ser anécdotas de pocas frases, la lectura es ágil y su contenido ayuda a que la lectura sea rápida y muy divertida. Lo he pasado muy bien con este libro y aunque la sonrisa no me ha abandonado en el trascurso de su lectura e incluso con alguna la carcajada ha sido merecida creo que las opiniones que viene en su portada son algo exageradas, es bueno pero no lo considero extraordinario.

Creo que conviene comentar que algunas curiosidades pertenecen a ámbitos más locales o de aspectos relacionados con gente con grandes conocimientos de literatura pero unas anotaciones a pie de páginas nos salvan de quedarnos perdidos cuando llegado el momento aparecen estas peculiaridades.

Resumiendo, creo que es un libro que los que adoran los libros y todo este mundo sabrán apreciar y disfrutar. A mí me ha gustado, no me ha dejado indiferente aunque creo que es un libro de anécdotas para conocer un poco más este mundillo, tenerles más cariño a los libreros por las situaciones que soportan y reconocer que en este mundo hay gente para todo.

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