Las malas

Una mujer que escribe con las entrañas, con las heridas, con los insultos y con el quebranto. Que transforma el movimiento de su cuerpo en letras y palabras, en una narrativa cargada de lágrimas y de risas, como la cara de un recién nacido, que llora para decir al mundo que está vivo y luego ríe para celebrar su nacimiento. Una historia fraccionada como la memoria. Una historia donde los sentidos orientan y guían. Una historia contada para todos, pero que no es la de todos. Una historia, como ella misma lo dice, llena de poesía, una poesía que desgarra, una poesía que canta, una poesía que vislumbra, una poesía que anhela transformación, una poesía que no busca aceptación, sino encuentros, razones, justicia, amor. Una poesía que no se lee, sino que se ve.