La travesía final

No he tenido la oportunidad de leer "La ruta infinita", pero debo indicar que no es necesario para entender y disfrutar de la lectura de "La travesía final". El protagonista indiscutible de este libro es Juan Sebastián Elcano, pero el autor aprovecha el momento histórico en el que vive el personaje y su relación con importantes protagonistas de la historia del territorio español del siglo XVI para acercar al lector las dificultades por las que atravesaba el reinado de Carlos I, las difíciles relaciones que mantenía con los monarcas de Francia y Portugal, y la importancia de las alianzas matrimoniales para solucionar los problemas que se daban en los diferentes frentes a los que el monarca tenía que poner solución.
Como lectores asistimos a conocer un poco más la figura de Elcano, un marino experimentado que tras conseguir circunnavegar el globo y haber regresado de tan magna expedición recibió en 1522 el derecho a usar un escudo de armas con el lema "Primus circumdedisti me". Marino muy admirado por esta hazaña, vamos a conocer su lado más humano en este libro, y de paso nos acercaremos a la forma de vida en la España de ese momento, siguiendo la pista de marinos deseosos de volver a embarcar, de soldados con heridas de guerra que malviven pendientes de la sopa boba que pudieran ofrecerles los monjes de algún convento... Conoceremos a personajes de la corte española, en los que el rey Carlos confía para llevar a cabo pactos que solucionen los problemas que se plantean frente a Portugal, que como España está deseoso de hacerse con la nueva ruta y las tierras descubiertas por Elcano y sus hombres en su viaje anterior, y asistiremos a la importancia que tienen en ese momento histórico los mapas que los buenos cartógrafos reproducen siguiendo las indicaciones de los navegantes que han surcado por aguas desconocidas por muchos hasta ese momento, y la fabricación de "globus mundi", mucho más precisos para conocer la ubicación de las islas de las Especias, lo más codiciado en el momento en el que se desarrolla la trama. El rey Carlos no solo tendrá que lidiar con Portugal y sus pretensiones de expansión hacia unos terrenos que según las explicaciones de Elcano quedaban del lado castellano tras el Tratado de Tordesillas. Por si las disputas con Portugal no fueran suficientes, en el libro se habla de la rebelión de los Comuneros, de los conflictos con los franceses en tierras italianas, de la derrota francesa en la batalla de Pavía y el apresamiento del rey francés, describiendo de manera sublime lo bien que era tratado el monarca, que más que un prisionero parecía un invitado. La vida en palacio, las negociaciones que se llevan en las distintas cortes para preparar matrimonios que pueden llevar a zanjar conflictos o al menos a mitigarlos, la vida de la gente corriente, el anhelo de los marinos como Elcano de volver a embarcarse porque el mar es su vida, la preparación de una gran expedición formada por varios barcos dispuesta a recorrer de nuevo el camino emprendido por Elcano en el anterior viaje... todo esto lo encontramos en este libro. Y por si fuera poco, también se habla del avance del imperio otomano y de la piratería ejercida por los corsarios franceses contra naves españolas, y en medio de toda esta trama, asesinatos y robos en cuya investigación se va a ver envuelto el protagonista principal. Estamos ante una novela de aventuras que nos sirve para conocer un poco más cómo pudieron desarrollarse algunos acontecimientos que hemos estudiado casi de pasada hace ya demasiados años en nuestra etapa de estudiantes.
Como lectores recorremos varios puntos de la geografía española siguiendo la senda del protagonista, desde Valladolid a las Vascongadas, donde vive su familia. Vamos a conocer la parte más humana del personaje. El autor ha forjado un personaje bastante cercano, con sus defectos y virtudes, lejos del encorsetamiento que pueden tener estas figuras históricas que hemos estudiado a lo largo de nuestra vida. Elcano no es solo su gesta, aquí lo acompañamos como un hombre más, que se codea con gentes de todo tipo, que aspira a ser el capitán general que dirija la nueva expedición, pero que tiene que luchar y conformarse con lo que le ofrezcan, porque el linaje en aquellos tiempos contaba más que las hazañas llevadas a cabo. Conoceremos a su familia, y a su madre, respetada por todos los hijos y que quiere que las cosas se hagan bien, según las normas. Asistiremos a la importancia de la Iglesia en esa época, y al respeto a las tradiciones. Conoceremos los amoríos del personaje, y cómo responde ante el resultado de sus actos…
Estamos ante una novela amena, escrita con un lenguaje claro, con la que se aprende, porque aparecen muchos términos relativos al mundo de la navegación y de la indumentaria de la época, pero que no hacen complicada la lectura en ningún momento. Lo que está claro es que es una novela muy extensa y hacen falta quinientas páginas para que la travesía se ponga en marcha. Realmente por el título creía que las naves se iban a echar a navegar mucho más pronto, pero no se me ha hecho larga la llegada de este momento: todo lo que os he contado de los preparativos del viaje, las alianzas entre las distintas cortes, el robo y asesinatos que Elcano se dispone a investigar, las relaciones con su familia y los amoríos del protagonista, las pinceladas de la historia de España que se esconden entre las páginas del libro… todo eso forma parte de las más de quinientas páginas que ha necesitado el autor hasta hacer surcar las naves. Con todo ello, no os deben asustar las 670 páginas que componen el libro. Lo que sí tengo claro es que hay que leerlo poco a poco, disfrutándolo, porque son muchos los personajes que aparecen y una lectura acelerada puede hacer que se pierda un poco el hilo. Afortunadamente, no es algo que a mí me haya pasado, porque recordaba los datos de mi etapa universitaria, pero me ha gustado comprobar que podían tardarse meses en equipar una flota con todo lo necesario para llevar a cabo una hazaña de gran envergadura, si se quería velar por la vida de los marinos y que los barcos hicieran la travesía sin sufrir grandes males. El autor ha sabido meternos muy bien en estas vicisitudes, y es algo que particularmente he agradecido. Si le tengo que poner un pero al libro, quizá su extensión, aunque si no fuera porque ahora en verano se me ha complicado un poco el tema de la lectura y tenía que llevar a cabo esta reseña, lo hubiera disfrutado muchísimo más sin el agobio de tener que acabarlo para reseñarlo.
Al inicio del libro encontramos una lista de Dramatis personae, un epílogo al final y la bibliografía empleada para escribir la obra, y al inicio y final del libro un mapa con la expedición García de Loaysa-Elcano (1525-1526), que es el viaje que se intenta reflejar en este libro.
Dadle una oportunidad, seguro que os gusta.