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Nate está en una situación curiosa: salió durante un tiempo con la que era su mejor amiga, pero no terminó de cuajar, y han retrocedido un paso. Pero por más que lo intente, no es lo mismo. Además, se encuentra con que su exmejor amigo de la infancia, Oliver, y por el que sentía cositas, ha vuelto a la ciudad. Nate no tiene confianza en sí mismo, no deja de compararse con otras personas, y ese es el principal problema. Tiene miedo a mostrar sus sentimientos y no quiere que le hagan daño, no cree en los finales felices y su vida es un recordatorio de que estos no existen. Oliver se encuentra en mitad de proceso de divorcio de sus padres, algo que le está afectando irremediablemente. Aparte, su novio no deja de insistirle en que vuelva. Hay mucha tensión en el reencuentro. Digamos que la cosa no terminó muy bien la última vez que se vieron. Junto con otros tres personajes, terminan formando un grupito muy interesante en el que las emociones estarán a flor de piel 👀 Es un libro muy ágil, se lee solo. Un libro de adolescentes con problemas de adolescentes, algo que me gusta mucho. Los personajes me han gustado en su mayoría y hay variedad étnica y con situaciones distintas, por ejemplo, Oli se qiedó sordo de pequeño, y vamos a ver a lo largo del libro cómo utiliza la lengua de signos. Padres controladores, futuro incierto, inseguridades, movidas amorosas, rencor... Lo dicho, muchxs habremos pasado por algunos de estos temas y es muy fácil empatizar con esta pandilla. |
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