La vida es sueño

Primero, este libro, esta edición en concreto, lleva muchísimos años conmigo. La habré leído más de 5 veces siendo más niña, y la he cogido con unas ganas que no os imagináis. Yo llegué a aprenderme el monólogo de Segismundo entero de memoria, lo recitaba como si nada. Me enamoré absolutamente del teatro con Shakespeare, pero con esta obra fue como "ay, que gusto da leer".

Vuelve la morriña de mis años de infancia, leyendo con la lamparita de mi litera durante la noche, devorando clásicos de la literatura y cuentos infantiles. Vuelve esa sensación de placer, porque me encantaba leer, y nunca deberíamos dejar de leer, por mucho trabajo y muchas complicaciones que implique la edad adulta, siempre hay tiempo. Y, aunque ya volvió con mi querido Guillermo, el amor al teatro de antaño, que tantos momentos bonitos me trajo y que tanta fantasía mete en mi cabeza guionizando y creando escenas únicas.