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Sin prisa pero sin pausa comienza esta novela juvenil de fantasía en la que los protagonistas tendrán que enfrentarse a dos cosas: unos ladrones de perros y la adolescencia. de este modo, acompañaremos a Julia en la incorporación en su nuevo instituto y su investigación sobre las desapariciones. Sin embargo, tendremos un punto especial, Julia podrá transformarse en gata, así que muchas partes de la investigación las veremos desde el punto de vista felino de Leia. Una combinación realmente divertida. Más allá del toque Desde el principio podemos ver que, a pesar de la parte traumática que la protagonista pueda tener, la novela se nos presenta como una novela de aventuras, entretenida y divertida. Sin embargo, esto no quita que se traten temas serios y que pueden invitar al lector a reflexionar. En primer lugar, el tema central de la aventura que es el robo de los perros del vecindario nos introducirá en el mundo de la violencia animal, desde una perspectiva que tiene cierto toque de misterio, pero que no deja de relatar unos hechos que podemos ver en la realidad. No pensemos que la novela nos ofrece escenas fuertes, pero sí es cierto que, adaptadas, no maquilla la realidad de lo que sucede en este sentido. Sin embargo, esta trama será la que más nos introduzca en la aventura, recordándonos esas partes de la Madrid oculta que nos pueden sonar, pero que no llegamos a afirmar que sean ciertas. Por otro lado, tendremos el tema de la adolescencia, ese momento donde parece que el mundo se te viene encima porque estás tú solo porque los padres han dejado de contar. En el caso de nuestra protagonista se nos hace incluso más interesante, ya que ella no solo está en esa etapa, sino que, además, ha adquirido un superpoder difícil de explicar a su familia. El mundo gatuno Ese superpoder, como ya hemos dicho y se nos indica en la sinopsis, la llevarán a aislarse en sus problemáticas, ya que poco quizá pueden creerla si dice que se convierte en gato. Desde esta perspectiva, la de las cuatro patas y el mundo callejero viviremos sus aventuras y el acercamiento a otros gatos, mediante los que veremos retazos de sus vidas, entenderemos el abandono, la crudeza del miedo y la necesidad de comer. Como ya os decía más arriba, lo bueno que nos ofrece esta autora es que sin crueldad sí que nos enseña la realidad de situaciones peliagudas que nos invitan a darle una vuelta a lo que nos rodea. Sin embargo, sin dejamos lo más serio de la narración, encontramos una historia divertida, donde el hecho de ser gato lleva a situaciones de enredo, pero también a ideas estupendas, en las que Leia (es decir, Julia) descubre cosas que después pueden favorecerla tanto en su investigación con Iván como en su día a día. El café de los gatos es una historia bonita, que nos acompaña durante su lectura y que nos invita a no dejar de pelear por aquello que consideramos que es justo. Un paso a la adolescencia diferente y que hará disfrutar a los jóvenes y no tan jóvenes. Espero que os animéis con él. Enlace: https://ellibroenelbolsillo... |
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