La librería de la esperanza

Para un amante de los libros, una librería no es un lugar en el mundo, sino un mundo en sí mismo.

Leer debería ser un placer y un divertimento, una forma de educación y una promesa, una vía de escape y una fuente de libertad. Nunca deberías sentir que los libros que eliges por voluntad propia son un castigo o una tarea.

Tengo una contradicción para tí: puedes adorar los libros y, aún así, decidir no terminarlos.
Claro que puedes.
Los libros no te juzgan.

Los lectores saben que , cuando les duele el corazón por la pérdida o la ausencia, un libro que ya hayan leído antes puede aliviar esa aflicción.