La buena tierra

Situada en la China antes de la revolución nos muestra la vida del campesino Wang Lung en la víspera de su boda con O-lan, una esclava silenciosa, determinada, fuerte y valiente con la que se casa para trabajar incansablemente la tierra y formar una familia superando hambrunas, injusticias y guerras.


Reveses, tristezas, alegrías(pocas) , esperanzas, triunfos y fracasos llenan de forma inolvidable las páginas de esta obra que retrata las penosas condiciones de vida de los campesinos chinos en medio de una existencia casi medieval.
Con gran sensibilidad describe el profundo sentimiento hacia la tierra como punto de anclaje a la vida y signo no sólo de prosperidad sino también de pertenencia, la confluencia entre los nuevos y los viejos tiempos, el papel de la mujer en la familia y la lucha por la supervivencia en un lugar y un tiempo complejos.

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Es un relato sencillo pero con el que he sufrido bastante por la dureza de la vida de los protagonistas y por el egoísmo, crueldad y maldad de casi todos. O-lan, la mujer de Wang Lung ha sido la única que me ha emocionado y a la que he admirado por su fortaleza y por su inteligencia y también me ha dolido por su extrema sumisión, pero claro era lo único que conocía ya que había sido esclava siempre y ante su marido no fue otra cosa, igual que las demás mujeres en esa época.


Y nos enseña el valor de la familia y el honor, la importancia de las tradiciones sobre todo en el ámbito familiar y los abusos por parte de familiares que aluden al parentesco como un deber ineludible para conseguir lo que de otra manera no consiguen. Y también nos muestra cómo el trabajo y la perseverancia permiten superar todas las adversidades y mantener a flote a una familia y sus allegados.

Es una historia costumbrista muy triste y emotiva, narrada con gran delicadeza y calma que muestra la desesperación del ser humano y hasta donde uno es capaz de llegar. Siempre se quedará conmigo.
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