La apariencia de las cosas

La novela comienza fuerte. Un hombre, George Clare, llama a la puerta de su vecino con su hija pequeña en brazos. Dice que algo terrible le ha sucedido a su mujer Catherine. Alguien la ha asesinado salvajemente mientras George se encontraba en el trabajo.

Hacía poco tiempo que George y Catherine junto a su hija de tres años Franny se habían trasladado a la granja Hale. En esa granja ya se había vivido anteriormente una tragedia. ¿Es posible que las casas atraigan las desgracias?

La novela comienza relatando un hecho del pasado, un hecho ocurrido en el año 1979. A continuación, nos trasladamos un poquito más lejos en el tiempo pero sin movernos del sitio para conocer qué les ocurrió a los Hale, los propietarios anteriores de la granja. Finalmente, también tendremos una parte de la novela situada en el presente en la que sabremos qué ha sido de Franny y de los hijos de los Hale, todos ya adultos

La novela comienza como un thriller o, al menos, una novela negra. ¿Qué más negro que una mujer asesinada de un hachazo en la cabeza? Pero luego la novela toma una deriva distinta que, sin abandonar del todo esa primera idea, nos sumerge en una historia de carácter intimista y social.

“La apariencia de las cosas” nos habla de la vida de dos familias: los Hale y los Clare. Una familia con tres hijos varones que se dedica a las labores propias de una granja lechera y una familia con una hija pequeña en la que el marido da clases en la universidad. Dos familias que, por casualidades de la vida, van a vivir una gran desgracia en un mismo escenario. Además de la vida de ambas familias, conoceremos la vida en una pequeña población rural no muy lejana a Nueva York. Una población en la que todos se conocen, en la que hay relaciones personales cercanas entre todos sus miembros quienes viven con mucha tranquilidad y paz. Una población a la que dos hechos como los ocurridos en la granja Hale van a convulsionar totalmente; algo así no se olvida por muchos años que pasen.

La narración de Elizabeth Brundagge es, sencillamente, espectacular. “La apariencia de las cosas” es una gran novela. Una novela para leer despacio, parándose en los detalles como lo hace la propia autora. No es, como he dicho al principio, un thriller; al menos, yo no lo calificaría como tal. Para mí, es más una novela de tono intimista, una novela de personajes. La trama y los personajes destacan sobre el ritmo. No os esperéis un thriller vertiginoso de esos que no podréis parar de leer porque podríais veros decepcionaros. Pero si lo que buscáis es una novela con una trama sólida y muy bien armada y unos personajes perfectamente construidos, entonces vais a disfrutar muchísimo con su lectura

Los personajes tienen mucha fuerza. Todos ellos. Tenemos por un lado al matrimonio Hale y sus tres hijos varones. Por otro al matrimonio Clare y Franny. Dos familias muy diferentes en las que me han gustado más las mujeres que los hombres. No o voy a explicar los motivos ni os voy a hablar apenas de los personajes porque, al ser una novela de personajes (perdonadme la redundancia) es mejor que vayáis conociéndolos poco a poco, tal y como lo hice yo. Sólo os diré que algunos personajes resultan odiosos –y entre ellos destaca uno- mientras que no puedes evitar ponerte de parte de otros. En todo caso, todos coinciden en lo bien desarrollados que están y en lo reales que parecen. Tan importante como los personajes son las relaciones que se forjan entre ellos: relaciones familiares esposo-esposa, padre-hijos, madre-hijos y entre hermanos en el caso de los Hale. Unas relaciones que dan mucho juego y que constituyen una parte fundamental de la trama

“La apariencia de las cosas” no sólo destaca por su trama y sus personajes sino también por la bellísima prosa de Elizabeth Brundage. No es un libro al uso, es mucho más. Hace gala de un estilo muy cuidado que roza la exquisitez. Curioso por cuanto que no utiliza guiones en los diálogos; lo cual no quiere decir que no existan o que estén integrados en el texto, sino que simplemente no hay guiones. Cosa que choca un poco al principio pero pronto te acostumbras.

La novela tiene un ritmo medio. Sí que es verdad que empieza con mucha fuerza y dando la impresión de que va a ser un libro “page-turner”. Pero pronto veremos que no es así sino que es un libro de ritmo medio; ni más ni menos el ritmo que exige la trama y el estilo de la autora. Un ritmo más rápido no nos dejaría tiempo para disfrutar de la exquisita narrativa de Brundage; tampoco para ir encajando las piezas. Por otro lado, el hecho de que no tenga un ritmo rápido no significa que no resulte interesante e intrigante en todo momento. Necesitas saber qué ha pasado exactamente, si tus sospechas se verán confirmadas y si el o la culpable recibirá el castigo que se merece. Y eso te impulsará a leer


Conclusión final

No dudo en recomendaros “La apariencia de las cosas”. Una muy buena novela que estoy segura de que disfrutaréis.
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