La apariencia de las cosas

Suponía que el tiempo pasaba. El tiempo se había convertido en otra cosa, en algo raro. No se veía el principio ni el final de las cosas. Solo había esa parte del medio.

Ellos dos eran como dos pasajeros a los que el azar había unido en un tren ,con destinos no declarados.

Aguardamos. Tenemos paciencia. Esperamos noticias. Espe-ramos a que nos cuenten. El viento intenta decirnos algo. Los árboles se agitan. Es el final de algo. Lo notamos. Pronto lo sa-bremos.

Nunca te interesas por los que están dispuestos a quererte.

La casa estaba ahí, enseñando los dientes.

Aguardamos. Tenemos paciencia. Esperamos noticias. Esperamos a que nos cuenten. El viento intenta decirnos algo. Los árboles se agitan. Es el final de algo. Lo notamos. Pronto lo sabremos.

Aquí está la casa, hervidero de historias.

Aparentemente, ese hombre no parece hecho para algo así, pero Travis ha aprendido con la experiencia que no conviene extraer consecuencias a partir de atributos físicos. La gente más corriente encierra demonios en su interior.

Costaba saber lo que necesitaban las personas cuando ya les habían hecho daño. Aún así, a él no le importaba llevar aquella carga. Si alguien podía hacerlo, ese era él. Su madre lo sabía. Él también lo sabía. Esperaba poder hacer algún bien.