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Mi sentimiento hacia esta novela es un poco ambiguo porque no tengo muy claro si ha terminado gustándome o no. Veréis, la historia en sí me encanta: esposa y madre dulce y cariñosa es asesinada en su propia casa (casa habitada por un fantasma) de forma sangrienta y aparatosa. Su hija juega tranquilamente en otra habitación ajena a lo que le ha ocurrido a su madre. Llega el marido del trabajo (es profesor de universidad) por la tarde y se encuentra con la escena. Aquí están todos los elementos para que no levante la cabeza del libro. Como amante lectora de novelas de suspense y thrillers estoy deseando saber cómo, cuándo, por qué y quién ha cometido tan horrible (y atrayente) crimen. Además, la novela aunque tiene muchos diálogos, estos no están marcados como tal (les faltan los guioncitos que marcas cuando habla un personaje). al principio esto confunde un poco pero luego te acostumbras y casi ni lo notas. Pero... ahora llegan los aspectos que han hecho que la novela pierda fuerza. Después de presentarnos el crimen una se espera que empiece la investigación policial, los posibles sospechosos, los motivos... pues no. La autora da un supersalto en el pasado y empieza contarnos no solo la vida de los personajes sino de los anteriores habitantes de la casa. Interesante sí, que ella sola podría dar para una novela, sí, también pero ¿qué tiene que ver con el asesinato de Catherine? Y luego, nos narra también la vida, secretos, sueños y deseos de algunos personajes: la amante de George, los hijos de los antiguos habitantes, la vecina que les vendió la casa a George y Catherine, los amigos que se hacen en el pueblo... Para mi, conocer la vida tan en detalle de los personajes secundarios no enriquece la novela sino que ralentiza la historia y, he de confesar que en alguna ocasión me salté algún párrafo. Personalmente creo que a la novela le sobran páginas. Enlace: https://conversandoentrelibr.. |
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