Manual de supervivencia

El sábado, 26 de abril 1986. El día soleado en USSR. La gente pasa mucho tiempo fuera, los niños juegan al aire libre. Todos aprovechan el buen tiempo. Nadie estuvo consciente de que esa misma noche, a las 1:24 hubo una avería y explosión, seguida por segunda explosión y una serie de incendios en el reactor 4 en Chernóbil. El domingo la nube radioactiva llegó a Polonia. El tiempo seguía tan bueno que junto a mis padres fui al zoo de Varsovia. Tenía 3 años. Pasamos al aire libre todo el día. Hasta el 28 de abril la noticia de la catástrofe no se hizo publica y aun entonces se le resto la importancia. El único comunicado informaba que no había peligro. Pero en los dos primeros días despues de la explosión los niveles de la radioactividad en Polonia superaron los permitidos 550 veces. Hasta el 10 de mayo no tuvimos ningunos detalles sobre lo que pasó, ni información sobre las consecuencias. Mis conocimientos sobre Chernóbil se limitaban a eso. Que hubo secretismo y mentiras, que la gente estaba expuesta, que muchos enfermaron y que yo estuve en el zoo. El tema despertaba mi curiosidad hasta el punto que en marzo 2018 publiqué un relato en Narrativas (“Cuidado con lo que pides”) inspirado en este tema. Leí algunos libros, vi unos pocos documentales. Pero mis conocimientos seguían escasos. Hasta ahora.

En noviembre la editorial Capitán Swing publicó “Manual de supervivencia. Chernóbil. Una guía para el futuro” de Kate Brown. Un reportaje, una investigación más completa que he visto sobre el tema. Un testimonio sobre todos los aspectos que uno puedo imaginar de Chernóbil. El libro cuenta con 486 páginas y está dividido en 7 partes. Lógicamente, empezamos por el mismo accidente, para seguir con el protocolo de comportamiento (“supervivencia” como lo llama la autora) impuesto por el gobierno, los efectos detectados en la naturaleza, como influyó la política en las decisiones tomadas, pero también como el desastre influyó en la misma política, los casos médicos, la reacción internacional, el ámbito sientífico... Este título desmiente, sin lugar a dudas, que la única zona afectada fue la Zona de Exclusión (radio de 30 km alrededor del reactor).

Lejos de lo que sospechaba antes, descubrí que USSR no era la única fuerza interesada en ocultar la gravedad de las consecuencias de Chernóbil (aunque si la principal). Los Estados Unidos no tenían ningún interés en que salga a la luz como de dañina es exposición regular a la radiación en pequeñas dosis, ya que sus experimentos nucleares perjudicaron a miles de sus propios ciudadanos. Los científicos preferían centrarse en los escasos datos del bombardeo de Hiroshima, que se recolectó varios años tarde y que no se traducían a la realidad vivida en USSR. Los gobiernos no quisieron retirar del mercado los alimentos radioactivos más preocupados por la frágil situación económica que por la salud humana.

“La insistencia en vender alimentos radiactivos no era exclusivamente sovietica. El poso de Chernobil que se extendió a retales por el mapa de Europa golpeó en particular a Grecia. Allí los agricultores cosecharon cereal plagado de radiactividad y exportaron trescientas mil toneladas a Italia. Los italianos rechazaron el trigo. Los griegos se negaron a que se lo devolvieran porque tenían «miedo a la reacción de los mayoristas griegos» . Comenzó una pelea entre los dos vecinos mediterráneos. al final, la Comunidad Económica Europea aceptó comprar el producto contaminado; lo mezclaron con grano limpio y lo enviaron a África y Alemania Oriental como «ayuda humanitaria» .” (p.162)

Es solo uno de múltiples ejemplos de como la gente totalmente inconsciente del peligro acabó expuesta a la radiactividad y solo uno de los ejemplos de como de lejos llegaron las consecuencias del accidente.

El libro nos da mucho por pensar, pero también menciona otros casos de la exposición a la radiación. Chernóbil no es un caso aislado, aunque si uno de los más grandes. Os recomiendo mucho este libro, que en vez de las hipotesis nos presenta unos casos reales, una vida real y a la gente que tuvo que enfrentarse en esa nueva realidad. También es una advertencia ante lo que todavía puede pasar y ante los pocos conocimientos y entendimiento que existen sobre los efectos de la radiactividad. “Manual de supervivencia” os va a gustar tanto a las personas que tienen un interés especial por este tema, pero también a los que disfrutáis de un buen ensayo y una investigación exhaustiva.