Cumbres borrascosas

Cumbres borrascosas fue publicada en 1847, el contexto histórico y sociocultural poco amable con las mujeres llevó a su autora a utilizar el seudónimo "Ellis Bell" para poder publicarlo.

A pesar de todas las desavenencias con las que Emily se encontró, esta novela marcó un hito dentro de la literatura por su innovación.

Podemos decir que es una novela gótica, ya que existe en ella un factor fantasmagórico y sobrenatural, también por los paisajes oscuros, grises, espacios cerrados y la atmósfera lúgubre que se percibe en toda la obra.
Pero también es una novela con rasgos románticos, vistos en la figura de Heathcliff quien personifica al antihéroe del romanticismo, víctima de una vida trágica que transforma el resentimiento en un plan de venganza. Otras características románticas son la naturaleza, la conexión sobrenatural de algunos personajes con esa naturaleza, los espacios abiertos, la exaltación de los sentimientos y obvio, la muerte trágica en la juventud.

Todos estos elementos hacen de esta obra una experiencia intensa, a veces agotadora pero a su vez excelente. A partir de esta intensidad romántica llegamos a empatizar con los personajes, quererlos, odiarlos y conocerlos en profundidad. Son personajes complejos, con personalidades muy bien delineadas y polifacéticas. No es una obra dónde haya buenos y malos, son humanos con todos sus defectos y virtudes.

En cuanto a la narración, está estructurada como un cuento enmarcado o en cajas chinas: la historia es narrada a Lockwood por su sirvienta, quien fue testigo. Luego se completa mediante la percepción de Lockwood. Podríamos decir, entonces, que en realidad no estamos leyendo la historia real tal cual sucedió, sino la historia que estos narradores pudieron recolectar y contar desde su propia percepción. Esto la hace aún más rica, ya que va acompañada de los juicios que pudieron hacer estos personajes que la cuentan.

Esta novela es de una lectura bastante amena, de mis favoritas. Es necesario leerla al menos una vez, aunque van a querer releerla siempre.