Cumbres borrascosas

Emily Brontë publicó en 1847 su única obra: Cumbres borrascosas, una novela muy atrevida para su época, ya que rompía por completo con los cánones que la literatura victoriana exigía.

Se trata de la historia de dos familias: los Earnshaw, que vive en Cumbres Borrascosas y los Linton, que vive en la Granja Los Tordos y el enfrentamiento entre ellos que perdura a través de los años y de las distintas generaciones.

Conocemos los hechos a través del señor Lockwood, quien llega a los sombríos y desolados páramos de Yorkshire y no puede contener su asombro y curiosidad ante las rarezas de sus vecinos. Será la señora Dean, una antigua ama de llaves que conoce todos los detalles de la historia, la que lo ponga al tanto.

Los temas principales son el odio, la venganza, la obsesión y la pasión. No es una historia romántica (veo que muchas veces se toma a la pareja de protagonistas como el ejemplo de amor ideal que continúa más allá de la muerte, quiero creer que no lo leyeron), hay un amor, sí, pero es tóxico, enfermizo, violento, desgraciado.

Emily nos presenta una serie de personajes auténticos, imperfectos y pasionales que nos atraen y a la vez que nos causan rechazo y repulsión.

Heathcliff, el personaje alrededor de quien gira toda la historia es solitario, salvaje, vengativo, mezquino,misterioso, retorcido y malvado. (¡Una joyita!) Y no se redime a lo largo de su vida, yo esperaba que lo hiciera en algún momento, pero se mantiene en su postura mísera y maléfica hasta el final.

Otro personaje complejo es el Catherine, me gusta que no sea la tìpica mujer buena y dulce, es bella, manipuladora, caprichosa y egoísta. (Otra joyita)

El misterio que envuelve esta novela gótica, la atmósfera siniestra y la historia tan perturbadora me mantuvieron atrapada desde la primera hasta la última página.