He vuelto a leer este clásico de la literatura inglesa después de bastantes años y, ¡madre mía el dramatismo de esta novela! La mediana de las hermanas Brontë nos muestra la pasión e intensidad con la que se puede sentir amor y a la vez su lado más oscuro, ponzoñoso y doloroso. Personajes como Catherine y Heathcliff se dejan llevar por sus sentimientos, los celos y la venganza, mientras que otros como Edgar Linton o Nelly presentan la sensatez y la racionalidad. Toda la historia se desarrolla en un entorno demasiado oscuro y lúgubre; los acontecimientos más trágicos van acompañados por un tiempo tormentoso y un paisaje estéril. Con este libro se sufre; Emily llega a transmitir esa angustia, esa inquietud, esa desesperación que todos los personajes sienten constantemente. Demasiadas dosis de rencor, odio y sufrimiento. Yo me quedo sin duda con la descripción de los páramos (muy inglés todo), con la pluma de Emily y con el personaje de Nelly. Los demás personajes emanan demasiada toxicidad y amargura. Aunque es por esta razón, junto con los elementos propios de la novela gótica, que Cumbres Borrascosas se ha convertido en una novela imprescindible del siglo XIX.
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