 |
Por el picor de mis pulgares, algo malo esta por suceder” Esta novela, no causa picor, escuece, en mi ánimo, en mi alma, despierta mi inquietud. Bradbury escribe de ferias asombrosas, de personajes de ficción, que pueden alterar los nervios, poner los pelis de punta. del impacto que los mismos tienen sobre un par de niños, Jim y Will. Que se ven severamente afectados por la llegada de una feria itinerante y los sucesos que envuelven a la misma, todos en relación con su perspectiva de la vida y la muerte a esa edad. El aproximarse subrepticiamente a la feria los lleva a descubrir los horrores que encierra la misma, horrores magnificados que pertenecen a la vida misma, a la ansiedad que representa el avanzar hacia edades más adultas, o a retroceder a edades mas tiernas, descubrimientos y memorias se entreveran para generar angustia , angustia sublimada por los actores de la feria que pretenden adueñarse de sus almas, sus voluntades y su vida . A todo esto habrán de recibir un único apoyo, el padre de Will. Un cincuenton conserje de la biblioteca y lector infatigable, que ayuda a escapar del hechizo de esta tenebrosa parada a través de las únicas armas posibles, la confianza, el amor y la risa.... en una historia que no tiene nada de humorística. Y que recuerda que ayer añorado y mañana ansiado son inútiles, pero indisolublemente atados al hoy tan menospreciado...a veces. Bondad y Maldad eternamente confrontadas en la cara del curso del tiempo Por cierto el nombre en inglés, tomado de la cita con que abre esta reseña, viene directamente de McBeth de Shakespeare y tal vez en la vida misma eso se manifestaría, si no fuese por las acciones que tomamos y las decisiones de las que nos responsabilizamos... |
>
