Los lugares que me han visto llorar

Lo primero que me gustaría decir es que es un libro que os recomiendo pero que en mi opinión la sinopsis es demasiado light. Tenéis que estar preparados para leer esta historia porque hay escenas duras.

Trata el tema de las relaciones tóxicas, abuso emocional y sexual, estrés post traumático... Y es una lectura necesaria pero incómoda.

Conocemos a Amelie sentada en un banco rememorando toda su relación con Reese, tratando de entender cómo ha llegado a ese lugar. Es una lectura en primera persona en la que cuenta retrospectivamente su historia, realizando saltos temporales entre pasado y presente, narrando lo sucedido en el pasado y reflexionando en el presente sobre lo que vivió.

Esto es algo que me ha gustado porque sentí esperanza al saber que la relación quedó en el pasado y que en el presente Amelie está trabajando su trauma junto a su terapeuta.

Aún así, es una lectura que me ha hecho sentir mucha impotencia. Es un personaje entrañable e ingenuo y ha sido muy difícil verla sufrir y no poder prevenirla para que se aleje de esa espiral de sufrimiento.

Subrayar la elección en primera persona que me ha parecido acertadísima, porque a pesar de sentir esa frustación con algunas decisiones y forma de actuar de la protagonista en el pasado, pero te da la oportunidad de entenderla.

La autora tiene una forma de narrar honesta y sencilla, muy efectiva para el mensaje que quiere lanzar: cómo una persona a la que queremos puede tratarnos de una manera tan cruel, controladora y egoísta. Y cómo enamorarte de la persona equivocada puede llegar a anularte completamente.

El final es tan acertado y además está escrito con tanto respeto que me conmovió, y aunque ha sido una lectura difícil no puedo darle menos puntuación.

Es una historia que os recomiendo para que descubráis si Amelie finalmente consigue la aceptación y perdón de sí misma... Es dolorosa pero merece mucho la pena.

Lectura muy necesaria para los adolescentes que están descubriendo las relaciones.