Compendio lúdico de metafísica que vale por el fondo, pero más por la forma. La antología como selección arbitraria es tan desesperada como la sed absoluta de la enciclopedia o la teología. Estos mundos fantásticos son tan ficcionales como el mundo que creemos real. Es imposible que el método abarque al mundo. Sin embargo, habilita un ingenioso simulacro de totalidad.
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