Yo crecí conociendo a Maya, como todos los de mi generación, pero sin interactuar con ella. No me gustaba su voz. No me interesaban sus aventuras. Me parecía ñoña, lo reconozco. Muy, muy ñoña (no, con Marco tampoco me entendía; desconectaba tras escuchar la intro). Más de treinta años después tengo que decir que me ha encantado viajar con Maya, hablar con otros insectos y vivir "un sinfín" de aventuras (sí, en realidad tienen fin) con nuestra querida, dulce y tierna amiga Maya. Ah, y no me la he tenido que imaginar con ese espantoso pelo de la serie 😂. |