Érase un río

Margo Crane. Es el nombre de la protagonista de esta novela de Bonnie Jo Campbell. Así dicho, parece un simple dato objetivo y sin discusión posible pero, para mí, ese nombre ya significa mucho más.

Margo representa la fuerza, la valentía y la libertad. Representa todo aquello de lo que somos capaces cuando no nos ponemos límites ni cortan nuestras alas. Con sólo 16 años, una madre que se fue de casa y un padre que acaba de morir, Margo debe buscarse la vida. Armada siempre con su escopeta y sirviéndose de lo que le enseñó su abuelo sobre la caza y la naturaleza se enfrenta a la supervivencia en un entorno en el que el río no es el mayor peligro. Serán determinados hombres y la esperanza de una nueva vida junto a su madre los que supongan la amenaza más peligrosa para la joven.

La narración fluye como el río, otro de los protagonistas de la novela, con ritmo y naturalidad, aunque de vez en cuando haya sobresaltos e imprevistos debido a su naturaleza indómita. Para Margo, el río es una parte de ella misma, es incapaz de vivir lejos de él, lo necesita, es su medio natural.

Sé que esta novela tiene su germen en un cuento de Campbell que aparece en 'Desguace americano', su libro de relatos también publicado en Dirty Works. Pero no puedo conformarme con eso, necesito saber más sobre Margo, quiero que me cuente cómo continuará su vida. Quedarme con ese pensamiento sobre una historia y un personaje es un placer.