Lo que convierte este libro en una obra maravillosa es en mi opinión, la constatación del duelo como sentimiento y tema universal. A pesar de las diferencias que pueda tener nuestra vida con la muy aparentemente perfecta vida de Didion hasta el fallecimiento de su esposo y posteriores acontecimientos, el sentimiento de duelo, la muerte, nos iguala. Leyendo a Didion podemos identificarnos con sus pensamientos y reacciones ante la pérdida de una manera dolorosamente exacta a pesar de pertenecer a un mundo completamente alejado al de la autora de este ensayo.
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