Me encantan los libros que están escritos a dos tiempos, presente y pasado. Y la sencillez de esta historia, la narración fluida, y estas personajes que no están dispuestas a rendirse, convirtieron el libro en el perfecto para despejar la cabeza, no pensar nada más que en disfrutar de leer, y coger un par de pañuelitos para limpiar las lagrimillas que pueda una soltar. Es perfecto para desintoxicarse de alguna saturación de géneros literarios como me pasó a mí cuando lo leí.
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