El artesano

Novela de intriga, con tintes góticos, ambientada en la Inglaterra rural.
La recibí como un regalo de cumpleaños, y me ha gustado mucho.
Está protagonizada por Florence Lovelady, actualmente alto cargo de la policía metropolitana de Londres, y que vio su carrera catapultada hacia arriba cuando, en 1969, consiguió atrapar a un asesino en serie.
La novela empieza en 1999, 30 años después de los hechos, cuando Florence, con su hijo adolescente, regresa a la zona para asistir al entierro del asesino.
A partir de aquí, en primera persona, Florence realiza un peregrinaje por los principales escenarios donde tuvieron lugar los hechos, comparándolos con la actualidad y rememorando la investigación original, recordando a las personas, sus conversaciones, su investigación... Esto, en algunos momentos, es un poco lioso, ya que no hay una distinción clara entre ambos espacios de tiempo; sino que nos va narrando lo que va viendo, lo que va pensando, lo que va recordando.
A lo largo del libro, la autora desarrolla un tema que me ha llamado la atención: las dificultades de las primeras mujeres investigadoras en los años 60. Nos explica como se comportaban el resto de investigadores cuando se asignó al caso a una mujer. Florence era menospreciada por casi todos, tratada como una secretaria, no se tenían en cuenta sus sugerencias, sus teorías, la mandaban a seguir las pistas más inverosímiles, a vigilar a los menos sospechosos... llegando al extremo de hacerla vestir con el uniforme (las mujeres policía llevaban falda), aunque tuviera que desplazarse en bicicleta o campo a través. Además, tenía también en su contra el haber asistido a la universidad, la única entre los policías de la zona.
Me ha gustado también la trama, como la desarrolla, como relaciona el pasado con el presente. No se puede decir que tenga un ritmo trepidante, pero si lo suficientemente ágil y constante como para mantener la intriga.