La bomba

Había visto varias reseñas sobre este cómic y lo que más me había atraído era el poder conocer la historia de la bomba atómica a través de ella misma. Porque, aunque hay muchos protagonistas en su historia, el “personaje” principal de esta novela gráfica es el uranio, componente fundamental de la bomba atómica.

A modo de crónica narrativa, este tochazo comienza en el año 1933, en el que el físico Leó Szilárd lleva a cabo la primera reacción en cadena controlada. Años después, junto al premio nobel Enrico Fermi, conseguirían llevar a cabo ese mismo proceso con el uranio, elemento clave para el desarrollo de la bomba, ya en plena IIª Guerra Mundial. El cómic consigue transmitir la importancia estratégica de la bomba, puesto que EE.UU. confiaba en ser el primer país en poseer este arma con la que pretendía terminar con la guerra.

Por este motivo, EE.UU. desarrolla el Proyecto Manhattan, en el que participaron múltiples personalidades científicas y militares. al mismo tiempo vamos conociendo los avances de los distintos bandos en la guerra y las misiones militares llevadas a cabo para desmantelar las instalaciones alemanas para el desarrollo de su propia bomba atómica. En 1942 se consigue la primera reacción nuclear autónoma en cadena, pero no sería hasta 1945, ya después de la Conferencia de Postdam, que EE.UU. decidió lanzar las bombas en Japón. No todo fueron voces a favor, muchas personalidades se mostraron en contra de utilizar la bomba con fines bélicos, o por lo menos de probarla en un lugar habitado. También se cuentan otras tantas violaciones de los derechos humanos llevadas a cabo con la excusa de la guerra, como el testeo en humanos de los efectos del uranio sin su consentimiento previo.

El epílogo del cómic nos sitúa en una Hiroshima destruida, tratando de modo resumido en las últimas páginas cuáles fueron los efectos de la bomba en la población, siguientes acontecimientos históricos y lo que pasó con cada uno de los personajes que participaron en el proceso. Un trabajo muy documentado pero también ameno, como leer un libro de Historia (por lo gordo que es y su contenido) pero mucho más entretenido, jeje. ¡100% recomendable!