Una absoluta sorpresa porque no creía que me fuera a enganchar tanto aunque la ambientación en la época de Shakespeare, con el Globe de fondo y con una preja de jóvenes espías en medio de conspiraciones y traiciones apuntaba a que sería una lectura adictiva. Así ha sido y lo mejor es que es una novela autoconclusiva que no necesita ni más ni menos de lo que tiene, incluidos los mensajes sanos de feminismo y toques queer muy sutiles.
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