Diez días en un manicomio

Hace algún tiempo leí “La vuelta al mundo en 72 días” de la periodista Nellie Bly y me gustó mucho por el tono sensato de la autora y la tranquilidad con que relata los sucesos protagonizados por ella misma en una época en la que no era frecuente que las mujeres emprendiesen este tipo de peripecias. Cuando vi reseñas de otro reportaje suyo en el que se interna en un manicomio lo apunté con vistas a buscarlo en la biblioteca, y por fin di con él.

En el año 1887 el editor del The New York World propone a Nellie Bly infiltrarse en un manicomio para mujeres de la ciudad con el fin de realizar un reportaje de investigación que sacase a la luz los malos tratos recibidos por las internas. Fingiendo gestos y actitudes de una persona que pudiera ser calificada como demente (mantener la mirada fija, decir que no recuerda nada, no dormir por la noche), consiguió que la calificaran como “indudablemente loca”. de un centro de internamiento temporal pasó a uno definitivo al cual derivaban a las mujeres sin solución, con idea de que viviesen allí permanentemente.

Una vez se encontró en ese centro, Bly dejó de lado su actuación y retomó su comportamiento habitual, pero las enfermeras tomaron sus nuevas actitudes como síntomas de su enfermedad, no dando posibilidad a un cambio de diagnóstico. Estando allí Bly pudo constatar el maltrato al que eran sometidas las internas: duchas con agua fría y sucia, pabellones sin calefacción, vejaciones por parte de las enfermeras (llegando incluso a golpearles si no seguían sus órdenes), comida asquerosa, ausencia de actividades diarias para mejorar el estado de las internas, etc.

Pasados diez días de su internamiento, el periódico liberó a Bly. Tiempo después el medio publicó el reportaje sobre su experiencia y este sirvió para que se abriese expediente al manicomio y la ciudad destinase más dinero al centro con el fin de mejorar sus condiciones.

Una lectura interesante que me ha sorprendido de nuevo por el coraje y la valentía que demostró Bly al aceptar internarse en el centro (en un determinado momento se plantea si realmente el periódico conseguirá su liberación, y no me quiero imaginar lo que pudo sentir al pensar que podría quedarse allí indefinidamente…).