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En este libro encontramos la historia de Laura, una chica que harta de una relación tóxica, y después de dar muchas oportunidades a su pareja, Roberto, decide desconectar de todo y de todos. Se pide una excedencia en su trabajo, alquila su casa y decide irse sin despedirse de nadie a Bali, a desconectar, estar tranquila y poner sus pensamientos en orden. Desde el minuto uno la isla la cautiva y comienza a conocer gente, amigos... la “familia” que la acompañaran en este tránsito que se está produciendo en su vida. Allí intentará cambiar el chip para ordenar todo a través de meditar mucho y adentrarse en el mundo del yoga. Este libro nos habla de las relaciones tóxicas de pareja, y de lo necesario que es algunas veces decir hasta aquí hemos llegado para poder desengancharse de eso que te une a esa persona. Me ha gustado la forma en que lo plantea la autora y la necesidad de que exista la toma de espacio y tiempo para ello. Está narrado en primera persona por su protagonista, aunque encontramos algunos capítulos, bien diferenciados con otro tipo de letra, narrados por su ex Roberto. Se trata de un libro fácil de leer, fresco, dinámico, donde el salseo de Laura con sus amigos es como la vida misma y nos va contando las cosas tal y como si nosotros mismos las estuviésemos viviendo con nuestro grupo de amigos. Veremos la evolución y crecimiento personal de Laura. Paisajes idílicos, campos de arroz, comidas deliciosas y todo un mundo sobre el tema de la meditación, la medicina holística y el yoga. Si eres un yogui, este es tu libro. Y el final... qué decir del final... aunque puedes pensar en varias alternativas... ninguna de esas fue el real y por eso, me ha encantado! |
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