29 de febrero

En esta novela vamos a conocer a Adriana, una guía turística a la que el 29 de febrero de 2020, de rebote, tiene que hacer una ruta un tanto extraña. El turista con esa extraña petición es Kyle, un americano al que le quedan un par de días en Madrid antes de volver a casa y quiere ver y vivir la ciudad como un madrileño más. Esos dos días serán muy intensos para ambos, y se despiden con la intención de reencontrarse en verano. Él regresará a Nueva York y mantendrán el contacto por teléfono, una canción diaria con lectura entrelineas, mensajes, videollamadas… mientras la situación en Madrid empieza a complicarse y lo mismo irá pasando al otro lado del Atlántico. Una relación que intentarán sacar adelante mientras el mundo ha dejado de girar. No va a ser fácil.

Me ha hecho sentir en mayúsculas. La relación entre los dos protagonistas, aunque haya sido un flechazo, va cociéndose muy a fuego lento, conociéndose y sintiéndose a distancia, echándose de menos, afrontando sus fantasmas del pasado e intentando luchar por sus sueños en un mundo en pausa e incierto. Una relación real y de confianza ciega, en la que los protagonistas estarán acompañados por unos secundarios de lujo. La familia de Adriana es brutal, desde Jose hasta Lua.

La narración me ha encantado, está narrada en primera persona, pero no nos lo cuenta a los lectores sino que va todo dirigido a él, me ha resultado muy curioso.

Hay que decir que la novela va ligada cronológicamente al desarrollo del covid, y aunque era un poco reticente a leer algo con este temática, creo que trata el tema con mucha delicadeza y me ha hecho meterme más en la historia al poder contextualizarla a la perfección, y ponerme en el lugar de los protagonistas con mayor facilidad.

Una historia nada fácil: distancia, pandemia, fantasmas del pasado pero sobre todo esperanza, luz al final del túnel.

¡Super recomendada! ¿Os animáis?