Este es el cuarto libro de la serie de detectives Munch y Mía. Me ha gustado mucho. Como en los anteriores, los casos son muy complicados, con unas pistas muy enrevesadas y una buena cantidad de personajes. Las relaciones de los distintos personajes también van evolucionando y en esta ocasión, para mejor, ya tocaba. La resolución del caso vuelve a ser espectacular y demasiado rápida, pero ya estamos acostumbrados. Me da pena que se acabe la serie, pero quién sabe si volverán algún día con nuevos casos... Esperemos que si. |