Proyecto Moisés

Finito. Que gozada de novela.
Iñaki Biggi entra en mi, cada vez más amplia, lista de referentes literarios y lo hace después de haber leído dos novelas suyas: "Valkirias" y "Proyecto Moisés", ambas editadas por la Editorial Edhasa.

"Proyecto Moisés" me ha tenido en vilo con el comando dirigido por Brown ayudado por Pickeray, comando que por momentos me ha recordado aquel grupo de soldados americanos dirigidos por Aníbal y llamado "Equipo A".

El lector que lea "Proyecto Moisés" participará, de una manera u otra, en una batalla sin cuartel entre el ejército alemán comandado por Hitler y los aliados teniendo como cabeza visible el que fuera Primer Ministro Británico Winston Churchill.

La idea principal o la razón por la que nace este comando que he citado antes comandado por Brown y Pickeray la tiene un profesor español exiliado por haber combatido en el bando republicano, Menchaca de nombre que llega a los Aliados y les cuenta que los alemanes están preparando un arma muy peligrosa capaz de acabar con el ejército rival. al principio, la propuesta que hace Menchaca no está bien vista pero, después de pensarlo mucho, Churchill y Eisenhower deciden poner en marcha el comando con el único objetivo de neutralizar esa arma que se supone que están preparando los alemanes.

Cuando se va formando dicho comando, tarea un tanto complicada, vamos conociendo a cada miembro del equipo y vemos, al mismo tiempo, que son gente que no tienen en donde caerse muertos, como se suele decir. Este aspecto me ha gustado porque me ha hecho pararme a pensar en que todo lo que hayamos hecho anteriormente, por muchos errores que hayamos podido cometer, nos puede valer para salir a flote de cualquier situación complicada y que, como también se suele decir, cuando se cierra una puerta, se abre otra. En definitiva, me ha ayudado a darme cuenta de que no podemos quedarnos estancados en un mismo sitio.