El hijo

Esta es una novela tan breve como intensa. Su lectura es incómoda, avanzas esperando que todo salte por los aires, es asfixiante y deja un rastro que perturba más y más con el paso de los días. Habla de la maternidad de una forma turbia, pero ante todo es una novela sobre la soledad.
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"El hijo" nos acerca a Vivian, una mujer de familia acomodada, condenada a vivir deprisa. Se casa, se convierte en madre y es abandonada siendo apenas una adolescente. Ese abandono no es más que el preludio de los muchos que vendrán, todos con rostro diferente y todos dejando una profunda sensación de vacío que sólo puede llenar su hijo, el único que permanece a su lado.
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Gina Berriault nos pone delante a una Vivian con la que es difícil empatizar, pero que sólo se puede entender desde la comprensión. Vivian quiere ser amada y busca ese amor desde la desesperación, la idealización y pese a si misma. Vivian, a pesar de su valía, sólo es capaz de vivir a través de la mirada de un hombre porque una mujer no puede estar sola y sentirse completa. Una frustración que la lleva a los infiernos arrastrando a su hijo con ella.
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La autora escribe sin artificio, es concisa, ni le falta ni le sobra una palabra. Su prosa no es sencilla, requiere atención, tanta que lo terminé con la sensacion de haber dejado pasar algún detalle, algo que lejos de tomarlo como un punto negativo lo tomo como la invitación a una relectura en la que descubrir todo aquello que Berriault quiere poner ante los ojos del lector.
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Con "El hijo" he descubierto a una autora exquisita, cruda y conmovedora, de la que podemos disfrutar gracias al buen hacer de la Editorial Muñeca Infinita
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Gracias Babelio