Para los que habéis descubierto el mundo con series de narcos que hablan en “latino”, os sorprenderá que hace 50 años o más ya había ficción basada en la salsa sabrosa de los pistoleros a sueldo, los negocios de la droga y los que matan por poder. Igual lees por ahí que Rafael Bernal es a la novela negra mexicana lo que Söjwall y Wahlöö al género policíaco nórdico. Yo prefiero decirte que esta joya rescatada por Asteroide es una patada en el culo a las escabechinas escandinavas bajo auroras boreales. Un libro elegante, duro, redondo y fresco, aunque sus personajes tengan que buscar un teléfono fijo cada vez que necesitan decirse algo que cabe en dos líneas de wassap.
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